Desbocados pensamientos se apoderan de mi existencia. Uno va por el camino de las tristezas, el otro va tan deprisa que no saborea.
Si soy capaz de bajarme de ellos, aun gano en esta carrera. Los observo y me pregunto, ¿a vosotros quién os alimenta?
Y entonces paran y se dan la vuelta. Y hacia mi se dirigen…No te laves las manos compañera.
Que tú sabes que la libertad cuesta.
En sus lomos me aproximo a la locura, a la pena, a ser incapaz de la paz interna. Y entonces sufro y contamino lo que me rodea.
Sueño con agua cristalina de rios salvajes, para que beban, con palabras agradables trotan por la vereda y miran para adelante si se tropiezan.
Al despertar me doy cuenta, que estos caballos necesitan amor y respeto como cualquiera.
Que me acompañan y van conmigo, solo necesitan que los quiera.
Extraviado me lleva a caminos no pisados. Galopante va tres metros por delante, con la misma prisa puede ir para atras que para adelante.
¿A donde vamos entonces?
A descansar, que es tarde.